domingo, 13 de abril de 2008

Kirchner








nacido en 1880 en Aschaffenburg, una localidad alemana de la región de Franconia y a los 21 años, en 1901, inició la carrera de arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Dresde, donde entró en contacto con la Jugendstil (variante alemana del Art Nouveau). Cuando se funda Die Brücke se convierte en su líder indiscutido, y en 1913, tras su mudanza a Berlín (en la gran exposición se podrá ver una reconstrucción de su atelier), publica una suerte de síntesis de la evolución histórica del grupo, que precipita su disolución. La Primera Guerra Mundial lo convoca a las filas, donde permanece apenas un año, ya que, víctima de una profunda postración física y mental, es internado en varios sanatorios hasta 1918. Ese mismo año, en Zurich se inaugura una importante retrospectiva de su obra que de alguna manera marca su consagración, pero Kirchner se instala en un retirado pueblo alpino, en la región suiza de Davos, escenario de La montaña mágica, de Thomas Mann, y de las reuniones del Foro Económico Mundial, desde donde comprueba cómo crece el reconocimiento a su trayectoria.

En la República de Weimar se desarrollaba una sorda lucha entre las corrientes subterráneas de la incipiente cultura del siglo XX, la veta del nazismo, esa versión expresionsita del Mal, que reptaba por el fondo de la cultura alemana y que aplastó la línea de Kant, Schiller, Goethe, Beethoven y Heine; el trazo grueso se filtró en la letra gótica obligatoria, el sujeto al que el expresionismo interpelaba de manera directa se ocultó en la masa pagana y las marchas con antorchas que gozosamente se dirigían hacia Bebelplatz, en Unter den Linden, donde las hogueras devoraban los libros... a partir del 31 de enero de 1933 (¡apenas unos días después del ascenso de los nazis al poder!). Y los cuadros. El expresionismo fue rápidamente catalogado como enemigo del Reich y aliado del bolchevismo. En 1937 se confiscaron seiscientas obras de Kirchner y treinta y dos de ellas se incluyeron en la famosa exposición de “Arte Degenerado” en Munich. Al poco tiempo, el 15 de junio del año siguiente, Ernst Ludwig Kirchner se suicidó en su refugio suizo de Frauenkirch.

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