martes, 21 de febrero de 2017

Eliseo Meifrén y Roig



(Barcelona, 1859-1940). Pintor  paisajista y marinista, es considerado uno de los primeros introductores del movimiento impresionista en Cataluña. Fue miembro del grupo pictórico de Sitges. En 1888 formó parte del jurado de la Exposición Universal de Barcelona. Comenzó su formación en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, donde fue alumno de Antonio Caba y Ramón Martí Alsina, junto a los cuales comenzó a rea­lizar paisajes románticos de factura académica. 


En 1878, se trasladó a París para ampliar sus estudios, donde tuvo oportunidad de conocer la pintura à plein air, que le influiría poderosamente en sus paisajes parisinos de esos años. Un año más tarde viajó a Italia, visitó Nápoles, Florencia, Venecia y Roma; allí tomó contacto con el círculo de artistas catalanes, formado por Ramón Tusquets, Arcadio Mas y Fondevila, Enrique Serra, Antonio Fabrés y Juan Llimona, entre otros. En 1883 volvió a París, donde realizó numerosos dibujos y acuarelas de vistas de la ciudad y de los cafés, con los que obtuvo gran acogida por parte de la crítica y el público galo. 


A finales de los años ochenta se estableció en Barcelona, donde expuso sus obras en el Centro de Acuarelistas barcelonés y en la Sala Parés. En 1890 regresó por tercera vez a la capital francesa, donde participó en el Salón de Bellas Artes y en el de los Independientes de 1892, junto con Ramón Casas y Santiago Rusiñol, artistas con los que había formado el grupo de Sitges un año antes. Remitió sus obras a numerosas muestras y certámenes, como fueron las Nacionales de Madrid y Barcelona. Fue galardonado con medalla de oro en la Regional de Valencia de 1879 y con sendas terceras medallas en las Universales de París de 1889 y 1899; asimismo, obtuvo medalla de plata en la Universal de Bruselas de 1910, gran premio en la Universal de Buenos Aires de ese mismo año, medalla de honor en la Internacional de San Francisco de 1915 y gran premio en la de San Diego del año siguiente. Sus paisajes iniciales, caracterizados por un concepto académico y romántico, evolucionaron más tarde hacia un lenguaje plenamente impresionista. Abandona el preciosismo romano y utiliza una técnica de pincelada suelta y paleta clara, en la que la concepción lumínica se acerca a presupuestos de raíz simbolista, dentro de la órbita de Modesto Urgell.

Museo del Prado

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