domingo, 19 de febrero de 2017

Henri Le Sidaner



 1862 –  1939
Le Sidanier  pasó su infancia en la exótica isla Mauricio donde nació. En 1870 su familia se trasladó a Dunkerque, en el norte de Francia y el paisaje cambió radicalmente. A los 18 años le permitieron ir a París y recibió una sólida formación artistica bajo la tutela de Cabanel. Aunque le atrajo mucho el impresionismo nunca se unió al movimiento. Al acabar su formacion regresó al norte, al pequeño puerto pesquero de Etaples, donde se quedó ocho años pintando escenas de plazas y gente.



En 1894 regresó a París. Se hizo amigo del belga Emil Claus y partició en exposiciones de La Libre Esthétique en Bruselas.  Su estilo comenzó a cambiar, comenzó a reproducir especiales efectos de la luz, de la oscuridad, de los  primeros rayos del sol, de las puestas y de la luz filtrandose entre la neblina, en escenas evanescentes.    Todos estos efectos se destacan principalmente en los cuadros que hizo cuando vivió en Brujas, durante en 1898-99. Una ciudad de agua, niebla, silencia y misterio. A partir de ahí las figuras desaparecieron de sus pinturas.



Cuando volvió a Francia compró una gran casa en  Gerberoy.  Las viejas piedras de la casa,  el jardín y todo lo que la rodeaba se convirtieron en los temas principales del artista. Los pintó desde todos los angulos. De vez en cuando regresaba a la nostalgica poesía de los rincones y paisajes de Francia-

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