Jiri Naceradsky

Cuando en la década de 1960 Jiri Naceradsky irrumpió en la escena del arte checo con su generación neo-figurativa, pareció un talento excepcional animado y emotivo, que parecía continuamente excitado con sus ataques visuales inspirados en las maravillas del mundo. Pronto quedó claro que Naceradsky era un artista que no respetaba excesivamente los programas o métodos recomendados, y podría haber sido visto más como enemigo de las tradiciones expresivas del arte checo, esta etiqueta, sin embargo, era inadecuada y Naceradsky, cuyo trabajo fue rechazado por un sistema cerrado, pronto demostró que era válido.

Sin duda vale la pena mencionar que Naceradsky no solo adoptó un enfoque muy libre de las imágenes de mundo cotidiano, además con su espíritu dinámico no dudó en trabajar con las fuentes de inspiración procedentes de los medios de comunicación e historia del arte. Uno podría percibir en sus evocativas sugerencias de otras obras de arte lo que iba a ser la "post-" era. Jiri Naceradsky siempre ha visto todo lo que existe como una oferta y un desafío para intentar algo nuevo.

El esfuerzo permanente de Naceradsky para plantear preguntas libres de clichés se inició en la década de 1960 con una mueca, muy agresiva y burlona, con una amplia expresión pictórica y de pintura expresiva y estructurada. Sin embargo, también sintió como una punzada interior de pérdida de equilibrio y medida, que en la tradición europea refleja la plenitud de permanencia divina. Esta cualidad cuidadosamente medida que expresa la estabilidad siempre ha tenido su base en proporciones transmitidas a través de la geometría.

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