miércoles, 2 de mayo de 2012

Pedro Castrortega




Pedro Castrortega (1956)
Piedrabuena (Ciudad Real)

Pintor, escultor y poeta. Resulta difícil separar cada una de estas facetas en la obra de Castrortega. Poesía en sí misma, se inspira en las creaciones literarias del autor.

Los inicios plásticos de Castrortega parten de un Realismo convencional y de la Neofiguración aunque su obra posterior haya mantenido una gran coherencia. Poco a poco encuentra el lenguaje propio que le define como artista. La realidad comienza a ser desmembrada. Alcanza un tipo de Abstracción Lírica en la que lo primitivo, lo exótico, la religiosidad, el erotismo y la violencia son protagonistas. Lo visceral entra en relación con lo protésico.

Castrortega es uno de los pintores con mayor proyección internacional de nuestro país. El enorme prestigio de su obra le ha permitido gozar de diferentes becas en Nueva York y París.

La mirada particular del artista crea mundos que adquieren entidad gracias al punto de vista del espectador que unifica significados. Objetos que poseen fuerza propia y establecen relaciones semánticas entre sí. El fondo, aunque con fuerte personalidad, ayuda a la definición de esos entes que parecen flotar sobre él.






E l objeto se divide dejando la integridad para definirse a partir de una sombra proyectada. Reflejo de un reflejo. La naturaleza pierde su papel referente. Obra que evidencia el paso del tiempo, la condición perecedera del ser humano y lo que le rodea. Se perciben reflejos del Arte Póvera y la inmediatez del Arte callejero. Siluetas humanas, formas mitológicas, vasijas, entramados matálicos pueblan mundos imposibles dejando su huella en ellos.

La técnica en Castrortega es múltiple. El buen hacer tradicional se combina con el collage contemporáneo a base de fotografías digitales de esculturas propias. No está tampoco exento de cierto automatismo. El pigmento líquido fluye con libertad sugiriendo formas inesperadas. Los objetos se reafirman gracias a un perfilado negro de enorme densidad matérica. El trampantojo está presente aunque de manera más sutil.

 Escultura plana que se adhiere a la superficie pictórica y pigmentos densos que alcanzan valores tridimensionales. Juego de contrarios, mundo al revés. Pero sobre todo libertad. No hay bocetos. No hay un esquema preconcebido. La obra surge espontáneamente desde el interior.
 



Castrortega, que tiene obras en el Reina Sofía de Madrid o el Museo de Artes Gráficos de El Cairo, expresa estas reflexiones con cuadros mayoritariamente de fondos claros que muestran fragmentos del cuerpo humano: corazones, genitales o, por ejemplo, pies con alas. Valora la estética, pero cree que el arte es mucho más que eso. "Es un lugar de encuentro donde compartir pensamientos y placeres" y sobre esa máxima asienta su trabajo, aunque no se entienda. Pero tampoco le preocupa. "La única manera de ser feliz es hacer lo que quieres, perseguir tus fantasmas para convivir con ellos".
Él se encuentra cómodo haciendo un arte cargado de lírica con esculturas, grabados y pinturas. Sobre todo, cuando se entraga a esta última disciplina por la que siente predilección. "Creo que hay una persecución de la pintura por parte de grandes sectores profesionales", asegura. "Y me da mucha pena. Sigo creyendo que es el arte más difícil que se puede hacer. Porque partes de la nada, partes de una idea y unas manos. No hay maquinaria por delante".

Ref- Arte Selección
El País

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